Argentina negocia cara a cara con EE.UU. para frenar la suba de aranceles impuesta por Trump
Un funcionario del gobierno norteamericano visitó Buenos Aires en reserva para analizar la posible baja recíproca de aranceles sobre 50 productos, en medio de las tensiones comerciales con China y los requerimientos de Washington.
En el marco de las crecientes tensiones comerciales impulsadas por el presidente Donald Trump, la Argentina comenzó negociaciones directas con Estados Unidos para intentar frenar la suba de aranceles a las exportaciones nacionales. Un enviado del Departamento de Estado norteamericano, Robert Garverick, visitó Buenos Aires para reunirse con funcionarios del gobierno y representantes del sector empresarial, según reveló el diario Clarín.
Garverick, subsecretario de Política y Negociaciones Comerciales, llegó al país con una agenda centrada en monitorear los avances de las reformas que exige la Casa Blanca. Las conversaciones, que se desarrollaron bajo estricta reserva tanto por parte de la embajada de Estados Unidos como de la Casa Rosada, apuntan a acordar una lista de 50 productos que quedarían exceptuados de los aranceles del 10% actualmente vigentes.
La medida forma parte de un entendimiento más amplio que incluiría beneficios recíprocos: se eliminarían aranceles para que esos productos ingresen tanto a Estados Unidos como a la Argentina. El Gobierno argentino ya obtuvo el respaldo del Mercosur para ampliar de manera temporal su lista de excepciones al Arancel Externo Común, lo que permite avanzar con esta negociación.
Desde Cancillería estiman que estas 50 posiciones podrían representar hasta el 80% de las exportaciones argentinas a Estados Unidos, lo que equivale a unos 5.000 millones de dólares. En este contexto, el gobierno de Javier Milei también trabaja para cumplir con una serie de 16 requisitos que Estados Unidos considera clave para facilitar el comercio bilateral. Según declaró el presidente, ya se avanzó en nueve de ellos.
Entre los temas en revisión se encuentran la eliminación de barreras no arancelarias, regulaciones aduaneras, restricciones a las importaciones y medidas vinculadas a la propiedad intelectual. Además, la visita del funcionario norteamericano incluyó un sondeo sobre la relación entre Argentina y China, en momentos en que Estados Unidos busca limitar la influencia del país asiático en la región.
El contexto geopolítico también sumó tensión: en las últimas semanas, el secretario del Tesoro de EE.UU., Scott Bessent, pidió la cancelación del swap con China, y el jefe del Comando Sur visitó la base naval de Ushuaia, en una clara señal del interés estratégico de Washington en el sur del continente.
Así, mientras la guerra comercial entre las grandes potencias sigue escalando, Argentina intenta posicionarse como un socio confiable para Estados Unidos, sin romper sus vínculos estratégicos con China.